jueves, 6 de marzo de 2008

Placer en el Campo de Futbol




Andrea era esas chicas que se autodenominaba fanática del fútbol más no lo practicaba porque decía que era muy floja, sabia de nombres, estadísticas y todo lo relacionado con este deporte en particular, no se perdía ningún partido de las tantas ligas que hay y mucho menos los de la universidad donde estudiaba, era como dicen la hincha numero uno del equipo universitario, sus amigas decían que no era fanática del deporte si no de los chicos de los equipos y ella se enfurecía y se retiraba cada vez que escuchaba comentarios con tanta carga de estupidez.

Pero esto no era del todo mentira, había un chico en particular en el equipo de la universidad que hacia que Andrea mojara sus panties y sus fieles dedos la penetraran en la oscuridad de su cuarto, el chico se llamaba David, un digno ejemplar del fútbol, piel color canela, cabello liso hasta los hombros, con brazos y piernas tan perfectos que hacen voltear a más de una, aunque Andrea no lo conocía estaba convencida de que él jamás se había fijado en su presencia pero estaba equivocada, él la veía en cada partido incluso era la ultima en irse de los entrenamientos, lo único era que no sabia como abordarla y cada vez que lo intentaba algo pasaba y terminaba yéndose sin decir nada.

Una noche antes de finalizar el entrenamiento le hizo señas, Andrea se emocionó y volteo a todos los lados pensando que no era con ella y él entre señas le confirmo que era con ella y que no se marchara y se quedara después del entrenamiento, el color rojo se apodero de las blancas mejillas de Andrea y no sabía que hacer, pero decidió esperar paciente a que David terminara la practica y ver que era lo que quería con ella. David por su parte no tenia intenciones de conversar tan solo quería descubrir que escondía esa niña con cara de ángel que se sentaba a verlo cada jueves.

La práctica llego a su fin, y todo el mundo comenzó a marcharse, después de un rato David apareció al lado de Andrea y le pidió que lo acompañase a los vestuarios que necesitaba ducharse, ella accedió y con un poco de miedo se fue tras él, cuando bajaron a los vestidores se percató que no había absolutamente nadie, y lo único que se lograba escuchar era la respiración agitada de Andrea, por lo que David giro y le dijo “No tengas miedo que yo no como a menos que me lo pidan ”, ella sonrió y trato de disimular la agitación, pero en el fondo estaba aterrada, jamás había pensado que el primer cruce de palabras con David seria exactamente en los vestidores con los que muchas veces fantaseo.

Se detuvieron frente a los casilleros, él le pidió que se sentara y comenzó a desvestirse, ella se cubrió la cara e intento levantarse pero el recurrió a la fuerza y la obligo a sentarse diciendo “Me vas a decir que jamás has visto un hombre desnudo” ella apenada y completamente sonrojada balbuceo “Si, pero nunca espere verte a ti”, él soltó una sonrisa picara y le contesto “ ¿Y que tengo yo de especial que no tengan los hombres que has visto¿ o es que ¿ya me habías imaginado?” ella opto por no contestar, pero su silencio obligado le dijo a David todo lo que necesitaba saber, se termino de desvestir dejando una única prenda, un boxer color gris, de repente al primer descuido de Andrea la tomo por los hombros y la arrastro contra un locker y comenzó a besarla desenfrenadamente, ella intentaba no pensar solo se quería dejar llevar aunque no podía creer que aquel chico semi desnudo que la besaba con tanta pasión era el mismo por el que se masturbaba cada noche, él se dedicaba a tocar sus pechos y mordía sus orejas mientras le susurraba obscenidades que Andrea jamás había escuchado pero la excitaban mucho más, las manos de David lentamente descendieron por encima de la ropa hasta la entrepierna de ella haciendo que gimiera con tanta fuerza que llegaron a pensar que podían descubrirlos.

De repente el juego ceso, David la tomo de la mano y la llevo hasta las duchas, una vez allí inicio el juego esta vez sacando la blusa y dejando al descubierto unos perfectos senos de pezones rosados, “Tal como los imagine” dijo y esbozo una sonrisa, comenzó a devorarlos con ahínco, dando pequeños mordiscos y lametazos que originaban gemidos suaves de parte de ella, su mano volvió a tomar el rumbo de la entrepierna pero esta vez se detuvo en el broche del pantalón, a tal punto de obligarla a sacárselo, una vez fuera la tomo del brazo y la lanzo dentro de la ducha, una vez dentro, él abrió el agua y continuo el juego, ella estaba muy excitada, mientras el agua se colaba en cada rincón de su cuerpo deseaba con todas sus fuerzas que él se dejara de rodeos y la penetrara, él seguía comiéndose sus pechos, elimino la única prenda que la cubría y bajo por su abdomen hasta llegar a su sexo, separo sus piernas y lentamente coloco su lengua dentro de ella, jugando con su clítoris e introduciendo lentamente un dedo dentro de su vagina, Andrea sentía que iba a explotar, no paso mucho tiempo entre gemidos que eran casi gritos y la lengua desaforada de David , cuando ella se dejo llevar y se corrió en la cara de el.

“Tienes carita de niña buena pero en realidad eres traviesa y esto era exactamente lo que estabas esperando desde hace mucho tiempo” le farfullo, “Pero el juego aun no acaba” echándole una mirada incitadora de que fuera ella la que tomara el control de la situación ahora. Ella capto rápidamente y se arrodillo ante el y bajo su boxer y suavemente tomo su enorme miembro entre sus manos, lo llevo a su boca y con su lengua comenzó a saborearlo de manera suave como si fuese un helado de chocolate a punto de derretirse, él la miraba con deseo de tal manera que sin darse cuenta ella colocó su miembro entre sus pechos simulando una masturbación, él solo sonrió, ella se movía muy rápido, mientras el suspiraba y gemía bajito, cuando estuvo a punto de correrse ella introdujo el miembro en su boca tragándose así el elixir anhelado .

Sin mediar palabra la levanto y poniéndola contra la pared la penetro con todas sus fuerzas como un animal en el celo, su miembro entraba y salía tan rápido que ambos gemidos se fusionaban en uno solo, ella sentía que un nuevo orgasmo se apoderaba de su cuerpo, él también estaba a punto de estallar, pero antes le pidió que se inclinara y en una semi posición de perrito, la penetro nuevamente al punto de alcanzar el orgasmo prácticamente juntos.
Ella estaba exhausta su cuerpo ya no daba más y cuando pensó que no pasaría nada más, él retomo sus pechos y comenzó a lamerlos y succionarlos como si lo que acaba de pasar no fuese suficiente, ella observo como su miembro cobraba vida y de esa forma él la cargo y mientras descarnaba sus pechos se introdujo en ella, haciéndola estremecer con cada movimiento, a pesar de que los gemidos ya no eran gritos ella sentía que la estaba destrozando, no podía ser cierto tanto placer, cuando se acercaba el tercer orgasmo él la tomo del cabello y rápidamente la halo y la coloco frente a su miembro quien disparo tres sublimes chorros de su elixir blanco, ella asombrada ante tal maniobra opto por pasar la lengua y saborear los restos mientras el agua eliminaba lo demás.

El sabia que ella estaba a punto de llegar cuando hizo la maniobra así que ella con una dulce voz le dijo “Me faltaba muy poco así que hora me tienes que ayudar a tener mi tercer orgasmo” él se acerco a ella y comenzó a besarla mientras ellas masajeaba su clítoris con los dedos, el introdujo dos dedos en su vagina y simulo una penetración que en conjunto con las manos de ella, le arrancaron en pocos minutos un orgasmo tan intenso que su cuerpo desfalleció y se abrazaron.

Ha pasado algún tiempo después de este primer encuentro, Andrea ha decidió por su bien quedarse cada Jueves después de la practica fútbol esperando que su adorado tormento, la posea una vez más, ya sea en los vestidores, las gradas o simplemente el lugar más oscuro con tal de que florezca ese lado animal que todos llevamos dentro.